Salud// Poca disponibilidad de tiempo
Tachirenses prefieren donar sangre en jornadas especiales
El Táchira es el principal productor de plasma sanguíneo y el primer estado que modificará el programa de formación de hemoterapistas en el estado con la inclusión del módulo de donación voluntaria, según Hermelina Sánchez, coordinadora regional de los bancos de sangre del estado Táchira
Eran las ocho de la mañana y Carmen ya estaba en el liceo. Las camas móviles y el equipo aún no habían llegado. La espera fue corta y la instalación de los equipos rápida. “Es bueno que hagan estas jornadas. A mi me gusta donar sangre, pero no tengo mucho tiempo para ir al banco”, le dijo Carmen Villamizar, ama de casa de 57 años, a una joven con cámara, libreta y grabadora en mano.
Carmen no se refiere al ente financiero donde el dinero es el que cuenta, sino al banco en el que la sangre y sus componentes son lo importante. Vital líquido corporal que en el caso del Táchira es obtenido en su mayoría en jornadas extramurales de donación de sangre -bancos de sangre móviles- dispuestos periódicamente en las instituciones educativas, empresariales y comunidades
“Tenía muchas ganas de quedarme durmiendo, pero a la final decidí levantarme, comer y venir porque tenía mucho tiempo sin donar y sé que donando sangre salvo vidas”, comentó Carmen mientras esperaba el resultado del análisis de la sangre para saber si era apta para donar.
Carmen, por lo menos en disposición, puede convertirse en lo que la Organización Mundial de Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud denominan, desde el año 80, “donante voluntario, altruista a repetición y educado” -persona consciente de la importancia de donar sangre para el prójimo y para sí mismo que dona regularmente sangre o un componente sanguíneo-.
Los donantes con este perfil en el Táchira son pocos. Linis Zambrano, hemoterapeuta del banco de sangre del Hospital del Seguro Social “Dr. Patrocinio Peñuela Ruíz”, asomó una razón: “en el Táchira no hay una cultura de donación voluntaria de sangre. La persona que viene a donar es porque tiene un familiar enfermo o por un amigo. Los donantes voluntarios son contados con los dedos”, puntualizó Zambrano.
La hemoterapeuta explicó que esto se debe principalmente a la existencia de algunos tabúes en la población sobre la posibilidad de quedar anémicos, contraer algún tipo de enfermedad, engordar, disminuir las defensas del cuerpo entre otras “supersticiones” que han impedido el aumento en ese centro asistencial del número de donantes voluntarios.
Sesiones educativas
María Alejandra Castro, coordinadora de promoción de la donación de sangre del Hospital Central “Dr. José María Vargas”, señaló que en el caso de esta institución, la realización de sesiones educativas previo a las jornadas extramurales de donación -en la que se imparte información sobre la donación de sangre, su importancia y beneficios tanto para el donante como para el receptor de la donación- son una estrategia efectiva contra la lucha de estos tabúes “que poco a poco se han ido derrumbando”, acotó Castro.
La coordinadora de promoción de la donación de sangre del Hospital Central, precisó que desde el 2007, año en el cual comenzaron las jornadas extramurales, el número de donantes voluntarios en esta entidad sanitaria aumentó de un 5% existente en este año a un 21% para el año 2009.
Aunque indicó que aun no hay una cultura de donación sólida en el estado Táchira, Castro explicó que la idea de llevar los bancos de sangre a las comunidades ha permitido este incremento. “Muchas veces las personas no donan porque simplemente no tienen tiempo para trasladarse a un banco de sangre y la posibilidad de tenerlo en sus comunidades es una oportunidad poco desaprovechada, pues el tachirense es muy colaborador y solidario”, puntualizó.
Primer lugar de donación voluntaria
Hermelina Sánchez, coordinadora regional de los bancos de sangre del estado Táchira, señaló que la entidad actualmente ocupa el primer lugar en donación voluntaria con 11 mil donantes al año y alrededor de 530 donantes voluntarios mensuales.
Sánchez explicó que el estado Táchira es el único estado que realiza este tipo de actividades en el país. Explicó que esto se debe principalmente al valor de solidaridad que caracteriza al tachirense y a la disposición del personal de los bancos de sangre del estado a sensibilizar a la población desde su comunidad o entorno laboral.
La coordinadora regional de los bancos de sangre aseveró que ,a pesar de estos resultados, aún falta aumentar esas cifras. “En Venezuela sólo está donando el 1,5% de la población total. Táchira ronda ese porcentaje -166 mil donantes voluntarios aproximadamente-, y debería donar el 5% de la población -555 mil donantes voluntarios”, precisó.
Sánchez atribuye este panorama a la inexistencia de programas dirigidos a la sensibilización de la población por parte de las autoridades gubernamentales sobre la importancia de la donación de sangre voluntaria, que sugiere la OMS como forma de crear una cultura de donación en un país.
Por ello, se crearon los bancos móviles que busca principalmente es acercar el banco de sangre a las comunidades. Esta iniciativa, según comentó Sánchez, les valió una invitación por parte de las autoridades del Ministerio del Poder Popular para la Salud para explicar la estrategia que utilizaron para aumentar esa cifra.
Proyectos comunitarios, una salida
La escogencia de las jornadas de donación de sangre voluntaria por parte de estudiantes de medicina y enfermería de algunas universidades del estado – Universidad de Los Andes (ULA), Instituto Universitario Gran Colombia (IUGC), Colegio Universitario Cecilio Acosta de Los Teques (Cultca), entre otras instituciones educativas- como proyecto comunitario –requisito académico exigido a estudiantes de pregrado para graduarse- permitió aumentar significativamente el número de donantes.
Yamile Duque, coordinadora regional del Programa de Enfermería del Cultca, expresó que la realización de jornadas en las instituciones educativas permite incentivar no solo a la ciudadanía en general, sino a los propios futuros profesionales de la salud en lo referente a la donación voluntaria de sangre, quienes, añadió, deben ser los principales promotores del acto voluntario de donación.
Duque, refriéndose al Cultca, señaló que es la primera jornada –llevada a cabo el tres de julio en las instalaciones del Liceo Bolivariano Simón Bolívar, ubicado en el municipio San Cristóbal- que realizan en la institución bajo el nombre “Comparte un líquido que no tiene precio. Dona vida”. “La idea fue de los estudiantes, quienes observando el déficit de sangre del Hospital Central y a la escasa cultura de donación voluntaria de sangre existente en el estado, con el apoyo del personal del banco de sangre de esta institución, decidieron realizar las sesiones educativas y sensibilizar a los estudiantes”,explicó.
El examen de hematocritos de Carmen indicó que es apta para donar. Los movimientos circulares y envolventes de sus manos hicieron una pequeña bola de inquietud. “No estoy nerviosa, sólo que tengo mucho tiempo sin donar sangre, pero ya decidí que donaré más seguido. Así alivio mis dolores en las venas por la fuerza de sangre”. La estudiante del Cultca, la llevó a la cama móvil. Carmen sólo extendió su brazo y sonrió.
Carmen desde el año 1979 ya no padece las incertidumbres de los tabúes que se dejan oír en las calles. “Eso no es verdad, yo he donado tres veces y nunca me he contagiado de nada. La gente lo que tiene es miedo a las agujas”, aseveró mientras un aparato comenzó la plasmoféresis -procedimiento de separación de la sangre para remover el plasma, componente líquido sanguíneo encargado de vehiculizar las células de la sangre, llevar los alimentos y las sustancias de desecho recogidas de las células-. “Tiene la hemoglobina baja, por eso le sacaran sólo plasma”, respondió en voz baja la estudiante al signo de interrogación expresado por el rostro de Carmen.
La ventana está abierta
Sánchez, refiriéndose a los tabúes, expresó de forma contundente: “los riesgos, aunque mínimos, existen. Esa ventanita está abierta”. Sin embargo, gracias a la implementación de las normas de calidad en el procesamiento de la sangre no se ha presentado ningún caso de transfusión de sangre contaminada con alguna enfermedad.
Explicó que se debe a una simple razón. “Ya no somos -en el caso del Táchira- un banco de sangre, sino una industria farmacéutica donde procesamos a través del donante componentes como el plasma, el trío y las plaquetas que luego de cubrir el stock del Táchira, el excedente –en el caso del plasma- es enviado a Caracas y luego regresa a los bancos de sangre en forma de medicamentos gratuitos para el paciente”.
El examen de hematocrito y el cuestionario previo al acto de donar sangre, en este sentido, cobra importancia, pues según Linis Zambrano, son los filtros que indican si un paciente en peso y salud si es apto o no para donar. “Estos dos pasos hasta ahora no han fallado”, precisó la hemoterapista.
“Los procedimientos previos al acto de donación de sangre, aclaró Marylin Vanegas, estudiante del quinto semestre de enfermería del Cultca, permiten en un alto porcentaje de seguridad, hacer que la donación de sangre sea segura tanto para el donante como para los futuros receptores”.
El acto de donación
El tabú más frecuente, además e la transmisión de enfermedades por la sangre, en el tachirense es la posibilidad de quedar anémicos o con menos sangre en el organismo. Ante esto, Vanegas explicó que las bolsas especiales utilizadas para la extracción de sangre están diseñadas para extraer 450 mililitros exactos -10% de la sangre total de una persona-, cantidad que no afecta el funcionamiento normal del organismo. Recordó que con sólo 450 mililitros de sangre se pueden salvar cinco vidas de personas adultas y de 22 neonatos que sean sometidos a cirugías, presenten hemorragias, entre otros casos.
A pesar de las medidas preventivas e higiénicas existentes en los bancos se sangre y en las jornadas al momento de extraer el vital líquido, la actitud recelosa hacia el acto de donar sangre continua. Según Carmen Francheska, coordinadora del banco de sangre del Hospital Central “Dr. José María Vargas” el número de donantes a reposición -donantes, explicó Francheska, que vienen a reponer la sangre que se le ha puesto a un familiar para sacarlo de una emergencia- es mayor al número de donantes voluntarios.
“Llegan a nuestro banco de sangre alrededor de 700 u 800 donantes de los cuales son efectivos alrededor de 500 a 600. De estos 300 son a reposición y aproximadamente 200 acuden de manera voluntaria”, indicó Franchesca, quien agregó que la cifra de donantes voluntarios varía dependiendo del número de jornadas que se realicen en instituciones educativas públicas y privadas.
La estrategia de trasladar equipos de extracción de sangre a las comunidades e instituciones educativas parece ser una buena opción para alcanzar el 5% de donación voluntaria que mencionó Sánchez. Según una encuesta realizada en la plaza Bolívar del municipio San Cristóbal, el 86% -43 personas de las 50 encuestadas- se mostró dispuesto a donar su sangre en jornadas extramurales. Sólo el 14% -siete personas- indicó, sentir desconfianza o mero desinterés por el acto de donación de sangre voluntaria.
La mayoría de los especialistas consultados coincidieron en la importancia de crear una cultura de donación voluntaria de sangre en la que el tachirense done por lo menos, en el caso del hombre, cuatro veces al año y la mujer al menos tres veces –la mujer, por el ciclo menstrual, pierde mayor cantidad de hierro, razón por la cual debe donar menos -.
Esta actitud, aseguraron, no sólo trae salud y vida al receptor de esa sangre procesada y sometida a análisis para asegurar su calidad y fiabilidad, sino para que quien la dona. Entre los principales beneficios se encuentra la regeneración de la sangre, la detección, en caso de existir, de cualquier anomalía en la salud del donante gracias al análisis profundo de este vital líquido, el conocimiento del grupo sanguíneo y Rh –puede ser positivo o negativo- y la satisfacción de saber que salvará muchas vidas no sólo con la sangre líquida sino con los medicamentos y componentes derivados que de ella se obtendrán.
De esto Carmen está consciente. La Aféresis ya está por terminar, así como ella de comer la galleta y una malta que le dio la futura enfermera. Los 300 a 600 mililitros de plasma –cantidad estándar de donación de plasma- hacen sentir los primeros cinco minutos luego de la donación anímicamente mejor a Carmen. “La satisfacción que esto me genera es grande. No me arrepiento de haberme parado temprano”, dijo sonriendo a la joven de cámara, grabadora y libreta en mano.